ANTIGUAS RAÍCES, UN CREATIVO Y SORPRENDENTE ENSAMBLAJE

Antiguas Raíces es parte insigne de Morandé Adventure, nuestra línea que es el resultado de un trabajo más experimental por parte de cada uno de los enólogos que trabajamos en Morandé Wine Group. Son vinos jugados y hechos sin tantas reglas, que se han convertido en nuestras aventuras enológicas, y que sorprenden por su diversidad, innovación y, sobre todo, gran calidad.

Antiguas Raíces es el resultado de una creativa combinación que refleja la libertad de innovar y experimentar. Se trata de un ensamblaje de cepas tintas y blancas tales como Garnacha, Syrah, Carignan, Marsanne y Roussanne, que busca interpretar el potencial de las clásicas variedades mediterráneas en un terroir alejado de su lugar de origen como es el valle del Maule.

A esto se suma, un proceso de co-fermentacion (Syrah con Marsanne y Carignan con Roussane) y maceración muy particular que vuelven a Antiguas Raíces un vino muy singular y con una personalidad muy clara: un vino eminentemente frutal, con marcada presencia de fruta roja, gran acidez, frescor y complejidad.

Proveniente de San Elena de Loncomilla, en el valle del Maule, el viñedo fue plantado en la década de los ´50 e injertado con variedades como Garnacha y Syrah. Está ubicado en una zona enclavada en la cordillera de la Costa, el “Secano” del Maule, y tiene suelos graníticos y arcillosos, erosionados, muy pobre en nutrientes.

Es aquí donde crecen y se desarrollan parras de más de 70 años, las que están plantadas sobre onduladas y suaves colinas, y están conducidas en espalderas como es en el caso de las variedades Garnacha, Marsanne y Rousanne, y podadas en sistema Gobelet o en cabeza, para las variedades Syrah y Carignan.

Es tan clave el rol que juegan estas parras en la producción de este vino, que hemos decidido honrarlas y llamar a este vino Antiguas Raíces. Un nombre preciso que rinde un pequeño homenaje a esas plantas que dan vida a una mezcla innovadora e inusual, un vino de marcada presencia de frutos rojos como ciruela, guindas ácidas y algo de frambuesas. Frutal, jugoso, con un tremendo equilibrio y excelente acidez. Un vino que es muy diferente a lo que estamos acostumbrados, ideal para amantes del vino que buscar esas pequeñas joyas que solo el Maule puede entregarnos.