CABERNET SAUVIGNON DE VIÑA MORANDÉ: RESPECTO POR EL LUGAR Y LA VARIEDAD

CABERNET SAUVIGNON DE VIÑA MORANDÉ: RESPECTO POR EL LUGAR Y LA VARIEDAD

La subjetividad es la que manda a la hora de determinar la calidad de un vino, sin embargo, existen ciertos conceptos y criterios generalizados que nos ayudan a encontrar un punto de equilibrio más o menos común.

Uno de ellos dice relación con la calidad de los Cabernet Sauvignon en Chile en suelos aluviales y en general, en climas templado-cálidos que tengan temperatura suficiente pero que no sea excesiva.

Todo lo dicho es muy general, porque hay que ir a la especificidad de cada terroir para poder ser más taxativos. En Morandé hace mucho tiempo hemos definido nuestros puntos de referencia con Cabernet: ¡Para nuestros vinos de mayor valor, el Maipo es un must! Nos asegura tipicidad, fruta más bien austera, lo que se traduce en fineza y estructura, con su consiguiente longevidad una vez en la botella.

Para nuestro portafolio de vinos Reserva y de carácter más varietal, buscamos fruta viva, directa y una estructura que nos permita entregar un vino de fácil beber, que esté listo antes, lo que implica contar con taninos más suaves desde un inicio, fruta viva que se manifieste de inmediato en la copa y que no necesite un par de años para estar en su mejor momento. Para esto, recurrimos a nuestros viñedos del valle del Maule, con sus suelos graníticos, de arcillas rojas, con inviernos más lluviosos que el Maipo, pero con veranos de mayor temperatura, lo que nos permite lograr las características señaladas en buena forma.

Nuestros cabernets se caracterizan -todos ellos- por buscar ante todo tipicidad de la variedad, identidad de lugar, la cual es innegociable en nuestros vinos Reserva y superiores. Otro sello indiscutible en nuestros vinos es su frescor, una combinación de volumen y verticalidad en la boca, gracias a una acidez presente y equilibrada, así como el uso de la madera, apoyada por el uso de fudres en crianza que aporta y realza el vino, pero nunca es dominante.

El Cabernet Sauvignon es, sin duda, el rey de los vinos y sus características permiten variedad de estilos, lo que en Morandé se traduce en respecto por el lugar y la variedad. Un compromiso que llevamos en nuestro ADN y que tenemos desde que Morandé es Morandé.

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