Morandé y el valle de Casablanca

Morandé y el valle de Casablanca

Nuestra historia con el valle de Casablanca se remonta a más de 40 años, marcando el inicio de una relación que ha florecido con el tiempo. Pablo Morandé, nuestro fundador, vislumbró el potencial extraordinario de esta zona y decidió plantar las primeras parras de Sauvignon Blanc, sembrando así las raíces de lo que se convertiría en una conexión perdurable.

A lo largo de este más de cuarto de siglo, hemos sido testigos y partícipes del crecimiento y reconocimiento imparable de Casablanca. Desde sus características únicas de suelo y clima hasta su ascenso como uno de los terroir más célebres de Chile, hemos compartido el viaje de este valle que concentra una parte significativa de la producción vitivinícola nacional.

En este tiempo, hemos desarrollado un conocimiento profundo de la región, guiados por nuestro espíritu pionero e innovador. La experimentación con diversas cepas, como Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc, ha sido una constante en nuestra exploración del potencial de este valle.

Nuestra conexión con el Valle de Casablanca va más allá de simplemente producir vinos en esta región vinícola excepcional. Nos enorgullece profundamente formar parte de la rica historia y el vibrante paisaje de esta zona vitivinícola única en Chile.

Cada botella que lleva nuestro nombre es un testimonio de nuestra estrecha conexión con esta tierra, con cada uva cultivada con cuidado y cada vino elaborado con pasión y dedicación.

Nos esforzamos por capturar la esencia misma del Valle de Casablanca en cada uno de nuestros vinos. Desde la frescura y la elegancia de nuestros blancos hasta la profundidad y la estructura de nuestros tintos, nuestros vinos reflejan la influencia del clima fresco, los suelos únicos y la brisa marina que caracterizan a esta región.

Además, estamos comprometidos con prácticas agrícolas sostenibles que respetan el equilibrio natural del ecosistema del Valle de Casablanca. Trabajamos en armonía con la naturaleza, promoviendo la biodiversidad y la salud del suelo para garantizar la calidad a largo plazo de nuestros viñedos y vinos.

En definitiva, nuestra conexión con el Valle de Casablanca no solo se manifiesta en nuestros vinos, sino también en nuestro profundo respeto por esta tierra y su comunidad. Estamos comprometidos a seguir siendo guardianes responsables de este valioso patrimonio vitivinícola y a compartir su belleza y excelencia con el mundo entero.

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