VALLE DEL MAULE: DIVERSIDAD NATURAL Y EXPRESIÓN DE TERROIR

VALLE DEL MAULE: DIVERSIDAD NATURAL Y EXPRESIÓN DE TERROIR

El Valle del Maule es mucho más que la región vitivinícola más extensa de Chile: es el origen de una historia viva que se renueva constantemente. Ubicado en el corazón del país, este valle ha sido testigo del devenir de la viticultura chilena desde sus primeros pasos en el siglo XVI hasta su actual renacimiento en la escena internacional.

Con más de 50.000 hectáreas de viñedos plantados, el Maule se caracteriza por su increíble diversidad geográfica y climática. Su territorio abarca desde valles amplios y soleados hasta colinas costeras y un extenso corredor central, ofreciendo una amplia gama de condiciones para el cultivo de uvas. Esta heterogeneidad lo convierte en un verdadero laboratorio natural para la expresión de distintas cepas, donde el 74% corresponde a variedades tintas y el 26% a blancas.

El clima del Maule es típicamente mediterráneo, con veranos secos y cálidos, e inviernos fríos y lluviosos. Pero lo que realmente marca la diferencia es la influencia de los vientos fríos que descienden desde la cordillera de los Andes. Esta corriente de aire provoca una alta oscilación térmica entre el día y la noche, permitiendo una maduración lenta y equilibrada de la fruta, clave para el desarrollo de aromas intensos y una acidez natural refrescante.

A esto se suman los suelos: mayoritariamente de origen granítico, formados por la lenta descomposición de rocas durante millones de años. En las zonas de secano interior y costero, donde muchas viñas sobreviven sin riego, estos suelos entregan condiciones ideales para cepas tradicionales y patrimoniales como País, Carignan, Cinsault, Semillón y Moscatel.

Estas variedades, algunas traídas por los colonizadores españoles en el siglo XVI, han encontrado en el Maule un hogar definitivo. Con siglos de adaptación y cultivo, se han transformado en un verdadero patrimonio enológico. Hoy, este legado cobra nueva vida gracias al impulso de productores que están redescubriendo su valor y proyectándolos con orgullo hacia el mundo.

El Valle del Maule es, sin duda, la cuna del “nuevo, antiguo Chile”: un lugar donde la historia vitivinícola se respira en cada rincón, pero que al mismo tiempo vibra con modernidad, frescura y una identidad única que solo este terroir puede ofrecer.

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