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29 Sep Viña Morandé y el valle de Casablanca
Nuestra relación con el valle de Casablanca tiene más de 25 años. Todo comenzó cuando nuestro fundador, Pablo Morandé, vio el increíble potencial que tenía la zona, y decidió plantar las primeras parras de Sauvignon Blanc. Desde ahí, el éxito y reconocimiento de Casablanca solo ha ido en ascenso, y hoy es uno de los terroirs más reconocidos del país y en el que se concentra un buen porcentaje de la producción vitivinícola nacional.
En todo este tiempo, hemos sido testigos y a la vez partícipes, de la increíble evolución que ha tenido el valle en estos años. Hemos visto como sus características de suelo y clima, han ido enamorando cada vez más a los productores de vino, como así también, a quienes han probado y degustado los productos finales: vinos que destacan por su mineralidad, buena estructura y fruta.
Así también, en estos más de 25 años, hemos podido adquirir un conocimiento profundo sobre esta zona, la que, siguiendo nuestro espíritu pionero e innovador, hemos estudiado sin cesar a través de la producción de distintas cepas como lo son el Chardonnay, Pinot Noir y Sauvignon Blanc.
De este valle, específicamente de la zona de El sueño, en el frío sector de Lo Ovalle, es nuestro Vitis Única Sauvignon Blanc. Un vino que se caracteriza por su elegancia, balance y frescor. Así también, lo es nuestro Selección de Viñedos Chardonnay, proveniente del viñedo Belén, donde sus suelos arcillosos y la influencia marítima permiten a las uvas desarrollar gran expresión aromática, haciendo este vino destacar por sus aromas cítricos y notas cremosas.
Morandé Adventure Despechado también proviene del valle de Casablanca, un vino 100% Pinot Noir, que refleja la delicadeza de la cepa, con su rusticidad, simpleza y honestidad. Y si debemos mencionar un tinto de la zona, no podemos dejar de nombrar a Morandé Adventure Tirazis, un 100% Syrah, con aromas a pimienta blanca y fruta negra, combinado con especias y algo de hierbas que sobresale por su equilibrio entre acidez y taninos.
Y es que el valle de Casablanca, tiene un potencial que sigue intacto tras todos estos años, y estamos convencidos que es un terroir que seguirá dando de qué hablar por muchísimo tiempo más. Y es que aquí, las cepas tradicionales han encontrado un valle de clima frío que les permite lentamente madurar, y de esta forma, sacar la mejor expresión de su variedad.
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